Poemas
La madre de un inmigrante
Madre
Te escribo estas líneas, espero estés bien, día a día
Hoy, que como inmigrante estoy en este país extraño.
Añoro y siento la nostalgia de tu sonrisa
De tus religiosos “bueno días” y tacto de la bondad de tus manos.
Madre
Como inmigrante; tú no sabes cuan, vulnerable estoy y extraño
Tu mirada; que siempre me regalabas cristalina y bondadosa,
Tu filosofía y sapiencia de tantos años acumulados.
Tu filantropía, que das al moribundo hermano; dispuesta.
Madre
En este inmigrante-país me despierto y despliego la pereza,
Con fe e insuperable fervor, doy gracias a mi bondadoso dios;
Por volverme en si, de mi muerte prematura.
Pero, sobre todo por ser molécula de su sangre y corazón.
Madre
Acá; como incontables inmigrantes, vivo en destierro y mucho miedo
He sufrido; discriminación, hambre, sed, granizo, lluvia y nieve.
En ese momento esta tu mirada angelical, que jamás olvido;
Flaqueo y tu cual martillo golpeas y mi voluntad la mueves.
Madre
Gracias mil; por tus buenos deseos, bendiciones por ser como eres
Te veo en tus domésticos quehaceres, percibo tu mirada prodigiosa.
Eres un faro inextinguible, estando en la cordillera del Everest,
Ángel, que apareces en mis sueños; rezo, te veo como una diosa.
Madre
Desconozco, que futuro espero adverso, como tantos inmigrantes;
Menos aún sé; si en este país, moriré pobre, miserable o rico.
Cabal; yo sé, que si olvido de usted, (10,000 veces) perverso seré.
Moriría en paz, porque de una humilde mujer mexicana fui hijo.
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